SI TU ME DICES VEN, LO DEJO TODO...


Que fácil es ir a "Mi Querido Hospital" a trabajar. Que fácil me lo ponen los pacientes. Que feliz y contenta voy cada día a mi Unidad. A veces el trabajo engancha tanto que cuanto más trabajas más felicidad te da. ¿Os pasa a vosotros? ¿o es mi pasión la que me lleva a desarrollarme además de profesionalmente también como persona?.
Recuerdo con cariño y alegría cuando mis hijas de pequeñas me decían: "Que suerte tienes mamá además de pasártelo bien en el trabajo encima te pagan". Cuantas veces se lo recuerdo y nos reímos juntas, disfrutamos y reflexionamos. Sí, así es, por suerte aunque los años pasan, sigo siendo la misma, apasionada por mi trabajo, por esa vocación de ayudar que me genera una enorme satisfacción.
Si tu trabajo te gusta, es la mejor bendición que te puede pasar. Unos días la Unidad llena, otros días no. Pero solo pensar que me lo voy a pasar bien, a sacarle esa sonrisa, a poner humor, amor, compasión y ayuda integral, humanizando los cuidados asistenciales, bien vale la pena ir a trabajar. 
A la paciente en el ingreso a la Unidad:
Hola bienvenida!!!, ¿Sabe Ud. que está en un hotel de 7 estrellas? (las siete estrellas de la bandera de la Comunidad de Madrid). esa sonrisa de la paciente son vitaminas para mi alma....
Leo la pulsera identificativa ... Se llama Ud. Ya veo que ya trae puesta la pulsera de todo incluido, como dicen los jóvenes cuando se van de vacaciones a Punta Cana... la paciente se siente acogida con calidez, humor y cariño, su mirada feliz de ser cuidada no para de sonreir.....
Pues estamos para ayudarla, me llamo Victoria...en este cablecito gris que le dejo cogido a la cama, está el timbre que es el botón rojo, y los dos botones amarillos que son las luces.
Vamos a tomarle las constantes, la veo genial. ¿Que tal se encuentra¿ ¿tiene dolor?.
Le explico el protocolo de la Unidad, con la familia presente, los invito a plasmar el momento con una foto familiar que encantados me facilitan su móvil.
Con cariño y una mirada cálida y humana le recuerdo que estamos para atenderles, que no duden en llamanos y les señalo el timbre.
He sacado esa sonrisa y no solo a la paciente también a la familia,  se han convertido en momentos inolvidables, que con humor y muchos mimos ofrezco a mis mis princesitas, mis queridas pacientes y sus familiares.
Todo sea por humanizar la asistencia sanitaria, porque lo que hago me sale del alma, y no hay mejor sueldo que el cariño que me dan mis pacientes cada día, son muy agradecidos y les deseo lo mejor. 
Un abrazo entrañable una sanitaria apasionada.
Victoria Martín Egido.

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